De negocios y pasiones

Previamente escribí sobre el intento de la NBA de ocuparlo todo expandiéndose a ciertas ciudades estratégicas en Europa, es decir, crear nuevas franquicias que funcionen permanentemente en el viejo continente.

Hoy voy a seguir, y espero no aburrirles, con temas de negocios y no tanto de pelotas, pensaran que estoy obsesionado con esto, pero no, todo surgió al ver el partido entre los Lakers y Sacramento, un entretenido partido que incluyo Over time y una hinchada (que tiene un numero retirado en su honor, el seis, por “sixth man”) fervorosa que no demostró simpatía por el futuro y casi asegurado cambio de ciudad del equipo real.

Este es el tema que quería tocar; la mudanza de las franquicias, y en definitiva de los equipos, algo que conlleva una gran pérdida para una población, los fanáticos, los hinchas, los que dan todo sin esperar nada a cambio.

Las franquicias, de por sí, son empresas entregadas a terceros que la explotan económicamente. Cuando este negocio no es rentable, en el caso de la NBA, las franquicias se mudan a otra locación donde el negocio es rentable nuevamente, donde nuevamente se pueden vender gorras, camisetas o packs de entradas de otro color hasta que la gente se aburra o pierda el interés, para nuevamente mudarse.

Y así ha sido siempre, podemos recordar el caso reciente de los Grizzlies, que pasaron de Vancouver, en Canadá, a Memphis por el déficit que causaba el valor de la moneda de Canadá con respecto al dólar americano. Los Grizzlies casi cambian su nombre a Memphis Express, por la empresa FedEx que los patrocinaría, esto no fue habilitado por el comisionado de la NBA y quedaron oseznos. Otro irónico caso es el de Utah, que en los tiempos de Maravich estaba en New Orleans, lugar de los inmigrantes esclavos africanos, creadores de la música Jazz que dio nombre al equipo. Este equipo paso en 1979 a Utah, hogar de los mormones, donde el Jazz era algo totalmente desconocido. Como rareza vale decir que el equipo de New Orleans de futbol americano se denomina New Orleans Saints, apodo sin duda más relacionado con Utah.


Por último voy a nombrar al equipo que me impulso a escribir esto, los Kings; estos fueron fundados en Rochester, Nueva York en 1945, doce años después pasaron a ser los Cincinnati Royals, donde por ejemplo jugo The big O, Oscar Robertson. Desde 1972 a 1985, estuvieron en Kansas City, ya con el nombre de Kings, para pasar luego a Sacramento. Este equipo se fue desplazando al Oeste hasta estar en California (un gran mercado) conforme paso el tiempo, ¿las razones?, puramente económicas, públicos pequeños, desinteresados o que ya tenían todo el merchandising.



Pero ahora se va a mudar otra vez (no está de más recordar que su equipo femenino, las Sacramento Monarchs, campeonas de la WNBA en 2005 y finalistas en 2006, ya desapareció hace un par de temporadas). El destino y la fecha o están asegurados, pero se habla de Kansas City, Las Vegas, Anaheim (casi descartado por su cercanía con Lakers y Clippers), Louisville o Seattle. En caso de pasar a Seattle, los Kings dejarían de existir para darle vida nuevamente a los Sonics.


Los propietarios (en este caso la familia de empresarios Maloof) no tienen en cuenta, o no les importa mejor dicho, el sufrimiento que implica que le arrebaten el equipo al hincha, y aunque van a llevar un equipo a nuevos potenciales seguidores, estos también van a perder en algún momento esa condición.

Zurdo Piccolo, columnista NBATSEBA


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